Residencia de Mayores Virgen de los Remedios

La Residencia de Mayores Virgen de los Remedios de Algarinejo es un recurso económico para el pueblo y un apoyo social indispensable

Algarinejo es un municipio de la provincia de Granada situado en la comarca del Poniente Granadino. Su población, de 2.436 habitantes y muy envejecida, se dedica, principalmente, al cultivo del olivar con la elaboración de un aceite de oliva de gran calidad.
Allí se encuentra la Residencia de Mayores Virgen de los Remedios de Algarinejo, una pequeña residencia, tanto en número de plazas como en instalaciones, que se caracteriza por el trato muy cercano, casi familiar. “Aquí nos conocemos todos: trabajadores, residentes, familias, etc. Somos un grupo de personas cuidando de otras, personas que en este momento de su vida necesitan de los demás. Y esa tarea, aunque dura, es muy gratificante”, asegura Antonio Aguilera Lopera (A.A.), director de la residencia. Hoy hablamos con él y con Jorge Sánchez (J.S.), alcalde de Algarinejo.
    

¿Qué representa para el pueblo tener la residencia?

J.S.- Para el municipio es muy importante por varios factores. Primero, contribuye a la fijación de la población en el territorio, evitando un aumento mayor de la despoblación que ya padecemos. También crea empleo y mejora la calidad de vida de los mayores que allí residen, sobre todo aquellos que por unos motivos u otros no tiene familiares para sus cuidados.
    

Pero no debe ser fácil tener una residencia aquí…

A.A.- El principal inconveniente son las vías de comunicación: la ciudad más cercana es Loja y, para recorrer esos 35 km, se necesitan 40 minutos. Granada está a más de una hora. Y eso repercute en las familias, ya que son difíciles las visitas con regularidad si necesitas toda una mañana o una tarde libre para ese cometido. Otra preocupación de las familias es qué pasa si mi familiar enferma. ¿Cuánto tardan en llegar al Hospital más cercano?
En el día a día es difícil encontrar proveedores cercanos, pues el pueblo cuenta cada vez con menos habitantes, y hay que desplazarse o depender de paquetería, etc. La falta de personal cualificado es otro hándicap importante.
    

¿Y cómo solucionan el tema laboral?

A.A.- Se soluciona como en cualquier empresa: recurriendo a las ofertas y anuncios de trabajo, sobre todo en los puestos más cualificados. Es ahí donde radica el mayor problema, pues con una población cada vez más envejecida y la gran mayoría de jóvenes fuera del pueblo, es muy difícil encontrar el personal adecuado, y sobre todo que les sea atractivo vivir en un pueblo donde se echan en falta las oportunidades de ocio o cultura que se dan en otros lugares.
Toda la plantilla en estos momentos es del pueblo o de municipios cercanos, como Montefrío.
J.S.- Así es, la residencia repercute muy positivamente aumentando la oferta de empleo, sobre todo en el colectivo de mujeres, que actualmente es el género que más se dedica a este tipo de trabajos de atención sociosanitaria. Hay que recordar que este colectivo tiene mayores dificultades de acceder al mercado laboral en municipios del sector agrícola donde la mecanización ha ido desplazando a las mujeres que en tiempos anteriores sí tenía trabajo recolectando las aceitunas.

Entiendo…

A.A.- Algo curioso es que, aunque yo soy del pueblo, cuando regresé para asumir esta tarea, se me hacía raro que un vecino o vecina del pueblo, que ni tan siquiera tenía familiares en la residencia, te parara por la calle para preguntarte “por los abuelos”, así de forma genérica, ni tan siquiera por una persona concreta. Con el tiempo he entendido que forma parte de nuestra forma de ser, de esa vecindad que somos todos, en el que todo el mundo se conoce, aunque muchos no sepamos ni cómo nos llamamos, que todo el mundo se preocupa e interesa por los demás.
J.S.- Al principio hemos de reconocer que, por la mentalidad de la población rural, eran un poco reacios a alojar a sus mayores en la residencia. Muchas veces, y como pasa en los pueblos pequeños, por el “¿qué dirán?”. Pero han visto que es el mejor lugar para tener una mejor atención de estas personas dependientes, atendidas por profesionales cualificados y en un recinto adaptado.
A.A.- El pueblo se vuelca con la residencia en muchas ocasiones especiales y fiesta. Por ejemplo, en Navidad nos visitan los Reyes Magos, el Ayuntamiento siempre tiene algún detalle para los mayores y el Coro Rociero nos deleita con sus villancicos; en Carnaval los niños del colegio nos entretienen con sus chirigotas y coros; la Asociación de Mujeres, la Asociación Cultural San Isidro, y la asociación “Un beso, un abrazo y mucho amor Elena” colaboran y organizan actividades de distinta índole, para nuestros mayores. Para todos ellos, mi agradecimiento desde aquí.
    

¿Cómo contemplas el futuro de la Residencia y la evolución en la atención a la dependencia?

A.A.- Hay futuro, solo debemos pensar que estamos en un país con una población cada vez más envejecida, en el que según datos del INSERSO más de 200.000 personas están en lista de espera para recibir un recurso de Dependencia. Como se encare ese futuro es otro tema.
Se habla de realizar cambios en el modelo de atención a la dependencia, que las Residencias deben ser más un hogar y no con un enfoque hospitalario o de grandes centros como es el actual, hay que crear unidades de convivencia donde se limite el número de personas que conviven, etc. Pero no se habla de lo realmente importante: para cuidar personas, el recurso más numeroso que hace falta son otras personas. ¿Dónde buscamos los directores de centros como el nuestro, aislados en entornos rurales, la mano de obra cualificada que nos hace falta? ¿Se han planteado las administraciones dar solución a esas carencias? ¿Se ha hecho algo desde la pandemia para solucionar la falta de enfermeras/os? Llevo los últimos años escuchando hablar de unidades de convivencia. ¿Alguien realmente se ha parado a pensar como una residencia que ya está funcionando, se puede reconvertir en un centro donde cada X número de personas va a tener salón propio, comedores, etc.? ¿Y quién va financiar todo esto? Porque la financiación actual, con la subida de la inflación, las subidas del SMI, etc. está haciendo que el sector cada día sea menos viable.
Los retos son muchos y el primero es determinar hacia dónde va el sector, qué sistema se quiere implantar y aunar esfuerzos para lógralo.