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“Desarrollo de una nueva solución por realidad aumentada para asistir la punción vascular”
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El Dr. Jordi Morillas es el Jefe de Servicio de Medicina Intensiva del Hospital de Barcelona, y uno de los referentes médicos intensivistas del país. Ante la necesidad de reducir la dificultad y aumentar la seguridad de la técnica actual para la punción vascular, el Dr. Morillas, junto a la Dra. Sandra Mechó, radióloga del Hospital de Barcelona, han desarrollado una solución, por realidad aumentada, que propicia un procedimiento más seguro para médico y paciente.
¿Qué necesidad les ha llevado a desarrollar esta solución?
J.M.: La punción vascular es uno de los procedimientos centrales en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs), que consiste en introducir un catéter dentro de una vena principal. Estas venas son tan profundas que no se ven desde el exterior. Ante esto, los primeros que necesitaron completar un acceso a una vena central, en 1929, dieron con la necesidad de desarrollar una solución que les ayudara a acertar. No ensayo de error, acertar. Estos expertos tejieron un mapa estándar de relaciones anatómicas, puesto que identificaron que había una serie de estructuras cercanas a las venas centrales que eran constantes.
S.M.: En 2001, un equipo de radiólogos dio nota de la posible funcionalidad de los ecógrafos para facilitar esta técnica. Mediante una ecografía, podíamos observar, en tiempo real, la estructura anatómica completa y exacta del paciente, identificando la vena central y encontrando el punto exacto donde realizar la punción. El problema de esta técnica, vigente actualmente, es la imposibilidad de estar observando el área de punción debido a la proyección de la imagen en una pantalla, a la vez que debes manipular el gel que facilita la ecografía, y mantener el procedimiento estéril. La necesidad de eliminar estas limitaciones de sacar la visión del campo y tener una mano ocupada hizo que buscáramos la manera de asistirnos con la tecnología actual.
¿De qué manera la realidad aumentada contribuye a la mejora de la técnica?
J.M.: Mantenemos el uso de la ecografía, que es el gold estándar, pero en vez de dejar la imagen fija, hacemos un barrido de fotogramas para crear un vídeo. Mediante un visor DICOM, reconstruimos en 3D la totalidad de la vena que queremos pinchar. Esta reconstrucción es la que reproducimos en las gafas de realidad aumentada y la proyectamos sobre el área que previamente hemos delimitado para hacer la eco, viendo la vena exactamente en el sitio donde está de verdad. Fallar es prácticamente imposible. De hecho, en el estudio experimental que llevamos a cabo, detectamos acierto en el primer intento en un 99,97% de las veces.
S.M.: La contribución de la realidad aumentada se puede resumir en una mejora de la precisión al primer intento, un mayor confort por la liberación de las manos y el poder mantener la mirada en el campo de trabajo, y un aumento de la calidad de la imagen obtenida por la ecografía, ya que no deben interponerse capas para mantener la esterilidad.
Destacan la elevada ratio de acierto a la primera. ¿Qué otros beneficios aporta a médicos y pacientes?
S.M.: Las complicaciones derivadas de las punciones venosas van muy relacionadas con el nivel de intentos. Por tanto, al reducir los errores en el primer intento al 0,03%, hemos hecho la técnica más segura. Por otro lado, hemos eliminado la variabilidad interindividual. Hemos visto que el acierto no depende del individuo. Y, hemos eliminado también la variabilidad sujeta al uso de ecógrafos distintos. Ahora haces la eco antes de pinchar y reconstruyes la mejor imagen que hayas obtenido.
Siempre hay un punto de contrapeso. ¿Qué limitaciones presenta?
J.M.: La limitación principal de la técnica es el aumento del tiempo transcurrido entre la ecografía hasta la punción. Aunque este aumento es significativo en una punción aislada, pierde importancia cuando se repite en varios pacientes, puesto que la consecución de la colocación de catéteres en venas centrales a la primera y la reducción de complicaciones, disminuyen el tiempo total empleado. Otra limitación de la técnica es la incapacidad de poder ver la aguja mientras se realiza el procedimiento. Sin embargo, conociendo el lugar exacto de punción y la profundidad de la vena, no ver la aguja no impide ejecutar el procedimiento con éxito al primer intento.
¿Todas estas ventajas podrían trasladarse potencialmente a otros procedimientos?
S.M.: Igual que con una ecografía puedo ver una vena, también puedo ver un ganglio, un tumor, un riñón, una pleura y muchas otras estructuras. Cualquier estructura que pueda detectarse y, a posteriori, pueda hacer una reconstrucción multiplanar de lo que estoy viendo, lo puedo trasladar a las gafas de Realidad Aumentada.
Ante este avance, ¿cuál ha sido la reacción inicial de la comunidad médica?
J.M.: Generalmente, es muy difícil que la comunidad médica acepte innovaciones en los procedimientos. Las técnicas que realizamos son complejas, necesitas tiempo para entenderlas y las aplicas en situación de riesgo, donde no se permite el fallo. Pensamos que nos encontraríamos con este rechazo primerizo, pero hemos visto que las generaciones que vienen por detrás ya usan la realidad aumentada para otras cosas. Para ellos no es una novedad, es un uso más.
El equipo de Jordi Morillas tiene previsto finalizar el proceso médico de desarrollo durante el primer trimestre de 2024. La recepción se espera que sea clamorosa entre la comunidad médica que, habiendo podido tener una primera cata del producto, espera expectante un avance que será clave para la industria.