Galisur

Desde su fundación en 1978 en Sevilla, Galisur ha recorrido un largo camino en la industria del aluminio. Su creador, Jesús López Arévalo, comenzó su trayectoria como comercial en una empresa de Alicante, en un momento en el que el aluminio apenas empezaba a implantarse en el sector de la construcción e industria española, dominado hasta entonces por materiales como el hierro y la madera.

Con una visión emprendedora, López Arévalo decidió establecer su propio almacén en Andalucía occidental, detectando la creciente demanda del aluminio en la región. El auge de este material y la necesidad de mejorar el servicio al cliente llevaron a la expansión de la empresa, primero con nuevos almacenes y posteriormente con la creación de su propia fábrica. Esta decisión permitió a Galisur adaptarse mejor a las necesidades del mercado y consolidarse como una referencia en el sector. Durante tres décadas, la empresa experimentó un crecimiento constante hasta la crisis de 2008, que supuso un reto para muchas compañías del sector.

Crecimiento y estructura actual

Hoy en día, Galisur cuenta con once almacenes construidos y uno más en desarrollo en Ciudad Real. En conjunto, la empresa dispone de más de 25.000 metros cuadrados de superficie construida, además de una fábrica de 18.000 metros cuadrados equipada con tecnología de última generación y procesos altamente automatizados. La plantilla ha crecido significativamente desde sus humildes inicios, pasando de tres empleados a más de 250 trabajadores con contrato indefinido a jornada completa.

En cuanto a su presencia geográfica, el 85% de sus almacenes operan en el mercado nacional, mientras que el resto presta servicio en Portugal. La fábrica, por su parte, tiene un enfoque internacional, exportando más del 75% de su producción a clientes externos. Sus principales mercados en exportación incluyen Europa y Marruecos, aunque la presencia internacional sigue siendo un reto en el que la empresa busca avanzar. “Hoy por hoy, la exportación no supera el 10% de nuestra producción, pero nuestro objetivo es que represente al menos el 50%”, explican desde la dirección de Galisur.

Innovación como eje central

La clave del éxito de Galisur radica en su apuesta por la innovación. La empresa no busca ser la que más aluminio venda, sino aquella que pueda ofrecer las mejores soluciones a sus clientes. “No aceptamos un ‘no se puede hacer’ por respuesta, es algo que está prohibido en nuestra compañía”, afirman.

Cada proyecto se estudia de forma individual para encontrar la mejor solución, siempre con un enfoque en la sostenibilidad. En este sentido, Galisur es un ejemplo de que industria y respeto por el medio ambiente pueden ir de la mano.

Un mercado de calidad y confianza

La empresa se dirige principalmente a clientes que requieren productos de calidad media-alta, evitando la competencia con mercados emergentes que buscan grandes volúmenes a precios reducidos. Además del producto en sí, Galisur ofrece un respaldo técnico y una garantía que generan confianza en el cliente final. “Aunque el que fabrique nuestro material sea una empresa ajena, ante cualquier problema que pueda surgir, nuestra empresa responde”, aseguran desde la compañía.