Envaplaster

Reciclar, reutilizar y reducir… ¿Las administraciones están por la labor? Empecemos con una reflexión. “Por un lado, está claro que, tras las resoluciones europeas posteriores a los acuerdos de Paris de 2015, se están poniendo en marcha una serie de acciones encaminadas a conseguir ese ambicioso y a la vez necesario objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050. A partir de ahí, lo discutible es el camino emprendido para conseguirlo. Legislar es promover, acelerar, provocar que la sociedad se mueva en pro de esos objetivos. Aquí se ha conseguido mucho porque es cada vez más latente la concienciación general en esta materia, y la prueba de ello es que el 37% de los consumidores, ya dicen elegir marcas comprometidas con la sociedad, y es verdad que el nivel de reciclaje ha aumentado de forma exponencial. La parte más frustrante, como suele ser habitual, es empezar la casa por el tejado. Si grabas de forma discriminada el plástico que, como sabemos, todos los estudios de ciclo de vida dicen con rotundidad que es el material más sostenible, corres el riesgo de que dejemos de invertir en él. Cualquier alternativa que hoy conocemos como segura en el entorno alimentario (cartón, fibras naturales biodegradables) suponen un impacto medioambiental mayor, lo que nos llevaría a dar marcha atrás en el camino hacia esa neutralidad climática. ¿Por qué no invertimos de verdad en la industria del reciclado? Ahí está el reto. Concienciación y reciclado. No tiene sentido que potenciemos algunos materiales sólo por el hecho de que tiramos las cosas al suelo. Hacer que los materiales desaparezcan y volvamos a tener que producirlos es la antítesis de la solución al problema de la contaminación tal y como dicen los estudios científicos. La economía circular necesita que los materiales puedan volver a reutilizarse. No es compatible una cosa con la otra, y ahí las administraciones no están siendo coherentes en el trato que se le da plástico con relación a otros materiales. Sólo un dato: los estudios actuales sobre emisiones de CO2 dicen que el plástico es responsable de menos del 0,5%. El resto son otros materiales… Yo me preguntaría, para solucionar un problema tan importante como este, ¿dónde debemos poner el foco? ¿en el 0,5% o en el 99,5%?”
Quien nos habla es Joaquín Canalejo Díaz, director comercial y marketing de Envaplaster, la empresa fabricante de bandejas de plástico reciclado para el sector alimentario que, con su labor, contribuye activamente a la reducción del desperdicio alimentario y de los residuos, garantizando la seguridad alimentaria y siendo pioneros en construir, desde hace ya más de 20 años, un modelo sostenible de economía circular.
Cierto es que, en general, la industria alimentaria está muy concienciada en la necesidad que hay que ecodiseñar los envases (reducir), que hayan sido reciclados y sean, a su vez, reciclables. Y en Envaplaster apuestan claramente por una filosofía a favor del medioambiente con el rPET, y tienen acreditados los procesos de Optitray y Recitray, tanto para el diseño como para conocer el impacto medioambiental de cada envase que ponen en el mercado. Y ahí el rPET es imbatible. “Es el único polímero reciclado autorizado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para el contacto con alimentos, tiene unas excelentes propiedades mecánicas y de barrera que permite alargar la vida del alimento sin necesidad de crear multicapas difícilmente recuperables. Además de ser 100% reciclable, su huella de carbono es bajísima gracias en gran parte a su bajo peso”, analiza Canalejo.
    

Aumentos de precio

El aumento de precios que estamos viviendo en los últimos tiempos afecta a este sector igual que a los demás. Pero aquí, debemos añadir la preocupación por formar parte de la cadena de la industria alimentaria y, por tanto, hablamos de productos muchas veces básicos para el consumidor.
En el caso del material reciclado, estos aumentos, piensan desde Envaplaster, se están produciendo a consecuencia del nuevo impuesto que los plásticos vírgenes sufrirán a partir de 2023 lo que provoca que se esté moviendo la demanda de uno a otro. “En definitiva, una actuación a priori pensada para beneficiar el aumento del reciclado, debido a su escasez, provoca fuertes aumentos de precios. Viendo la situación de crisis global, no parece oportuno que este gravamen se haga en este momento, sabiendo, además, que cualquier alternativa al plástico supone un coste mayor que difícilmente nos podemos permitir”, asegura el director.
O, por describirlo de otra manera, se ha puesto en marcha una ley que obliga a la utilización del material reciclado y todavía no se ha desarrollado esa industria. “Aquí puede haber un efecto perverso aún mayor, ya que la respuesta de las empresas puede ser utilizar materiales más contaminantes que no están siendo grabados y, por tanto, que están artificialmente subvencionados”.
Como es habitual en la industria, los momentos de cierta incertidumbre hay que afrontarlos con calma, pero, a la vez, con agilidad para dar un paso adelante en la consolidación de la estrategia de las compañías. En el caso de Envaplaster, acaban de terminar un proceso de profesionalización y relevo en la dirección, han ampliado las instalaciones fabriles en más del 50% y tienen aprobadas inversiones cercanas a los 7 millones de euros para el próximo ejercicio. “Por suerte, estamos en un sector que está en pleno desarrollo y tenemos identificadas las áreas de crecimiento, por lo que la inversión será continuada durante todo este ciclo. La idea que tenemos marcada en nuestro plan estratégico, en esencia, no cambia”. El origen de la compañía fue buscar las soluciones más eficientes tanto para la correcta conservación del alimento como para proteger el medioambiente. “Nos gusta pensar que podemos ayudar en la lucha contra el desperdicio alimentario protegiendo, igualmente, la salud del planeta. El camino es supervisar la completa circularidad de nuestros envases en una actividad industrial limpia con emisiones netas cero”, concluye Joaquín Canalejo Díaz, director comercial y marketing.