
Romera Arquitectos
“Trabajamos proyectando espacios para el hábitat humano desde la sostenibilidad”

Fecha de publicación
Versión online o papel publicada por el medio en su página web o tirada nacional
Desde Romera Arquitectos abogan por una arquitectura sostenible en todos los múltiples proyectos que llevan a cabo
Pedro Romera García es doctor arquitecto y profesor de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Socio fundador de Romera Arquitectos en 1999 (con Angela Ruiz antes Romera y Ruiz arquitectos). Desde entonces ha desarrollado diferentes proyectos, planes, obras, así como participando en numerosas actividades culturales. Su obra ha sido premiada, expuesta y publicada en diversos medios nacionales e internacionales.
El mundo debe tender a la sostenibilidad, ¿la arquitectura también?
Cuando tenemos la oportunidad de desarrollar un proyecto de modo sostenible, surge la forma concreta. En ese sentido confiamos en el intercambio de los conceptos y en la interacción entre disciplinas. Para nosotros, proyectar no tiene límites, es una acción infinita, sin coartadas ni recortes, primando el paisaje y la arquitectura sostenible; la que busca el equilibrio con el entorno donde se inserta; la que tiende a comportarse como las especies vegetales adaptadas a su medio y con capacidad de reacción ante situaciones y solicitaciones cambiantes.
¿Qué entendemos como arquitectura sostenible?
En el campo de la sostenibilidad no hay límites, por ello siempre la tenemos en cuenta en cada proyecto, como mínimo, a través de 8 puntos que siguen ampliándose: el lugar donde el proyecto siempre busca relaciones con el contexto, la forma arquitectónica en la construcción de edificios con menor gasto energético, el envoltorio como sistema pasivo, la configuración interna y sus sistema estructural que permite diferentes organizaciones espaciales flexibles, el control ambiental aplicando la ventilación cruzada como factor de confort, la energía y agua para el mayor confort con el mínimo consumo a través de la eficiencia energética, los materiales teniendo en cuenta el tratamiento de residuos y el reciclaje para favorecer la reutilización de materiales, y, por último, el confort, creando ambientes sosegados y luminosos donde favorecer la estancia y la realización de diferentes actividades.
¿Nos podría poner algunos ejemplos que ilustren lo que nos cuentas?
Recientemente hemos terminado diversos proyectos: el mirador de la playa de Malpaso en el TM de Telde donde se utilizan los elementos de los filósofos presocráticos (agua, tierra, aire y fuego); la intervención exterior en una estación eléctrica mediante el uso de un nuevo material que absorbe el CO2; el edificio totalmente prefabricado (pilares, vigas, forjados y fachada) de la terminal de pasajeros del puerto de Playa Blanca en Lanzarote; así como la finalización de un edificio de viviendas bioclimáticas en Guanarteme, en el TM de Las Palmas de Gran Canaria, cuyo promotor es la empresa Edificios Singulares.
En sus años como arquitecto, ¿cómo han cambiado los proyectos en este sentido? Es decir, ¿qué se debe incluir ahora que antes ni se planteaba?
El compromiso medioambiental, social y cultural de nuestra actividad profesional es evidente, constituye el objeto de cada realización. Trabajamos proyectando espacios para el hábitat humano desde la sostenibilidad. Lo que implica, también, desplegar una labor pedagógica en equipo con los implicados en cada obra o proyecto. Esta arquitectura contextualizada con el espacio público ofrece sostenibilidad y confort al usuario.
¿Cuál es el futuro que veremos en los próximos años de arquitectura sostenible?
Aún hay mucho por investigar y proyectar. Así que toda aportación que favorezca estas acciones será importante, destacando el papel de la sostenibilidad para lograr la supervivencia de la especia humana. Creemos que las sensibilidades están cambiando, en este siglo nos toca producir arquitectura en la era “post-petróleo”, o sea, una arquitectura sostenible.
“Desde el inicio nos ha interesado la posibilidad de aprender en cada proyecto a hacerlos más sostenibles, habitables y experimentales. El trabajo del equipo entusiasta y el seguimiento íntegro y global de cada fase de cada proyecto nos ha resultado enriquecedor. Todas las aportaciones han sumado con nuestro equipo de magníficos arquitectos, así como con todos los equipos de carácter interdisciplinar: arquitectos técnicos, ingenieros, biólogos, geógrafos, historiadores, etc. Las interacciones y acumulaciones de la actividad proyectual continuada tienen incidencia en la experiencia que se va adquiriendo. Cuando uno tiene algo que contar, unas intenciones claras o posicionamientos, es sencillo, sólo hay que ponerse a trabajar. Pensar no solo depende del resultado final, más bien del proceso y del debate de las ideas“.