Dr. Javier Mareque – maxilonet
“Hace 20 años, la referencia eran las actrices en las revistas; hoy accedes a un montón de perfiles que han modificado sus rasgos”
Fecha de publicación
Versión online o papel publicada por el medio en su página web o tirada nacional
El 40% de la población española ha usado los servicios de medicina estética en alguna ocasión, de los cuales el 71,8% son mujeres y el 18,2% hombres, según el último informe de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).
Tras la pandemia, la medicina estética (sobre todo la que no requiere cirugía) está experimentando un ‘boom’: rinoplastia, blefaroplastia, lipoescultura, bichectomía… son términos que cada vez están más normalizados en nuestro vocabulario.
El uso de las redes sociales y los filtros en las aplicaciones de fotografía que permiten modificar el rostro han contribuido a que la medicina estética, sobre todo del rostro, se haya normalizado en todo tipo de pacientes, especialmente entre los más jóvenes. Hablamos de esta tendencia con el doctor Javier Mareque, cirujano maxilofacial.
¿Estamos asistiendo a un cambio de tendencia en medicina estética?
Sin duda. Las redes sociales han propiciado que veamos a muchísimas personas que se han realizado una intervención estética y no lo esconden. Hace 20 años, la referencia eran las actrices en las revistas; ahora, puedes acceder instantáneamente a un montón de perfiles diferentes, no sólo famosos, que han modificado sus rasgos para verse mejor. Eso, junto a las aplicaciones que afinan ciertos rasgos de la cara, están normalizando cada vez más hablar de medicina estética sin tapujos. Hace 10 años nadie hablaba de bótox, por ejemplo, y ahora es una conversación de lo más normal en cualquier círculo.
¿Qué intervenciones estéticas realizan en sus clínicas con más frecuencia?
El aumento de labios mediante ácido hialurónico e infiltraciones de bótox en el rostro, la rinoplastia (cirugía para corregir la nariz), la blefaroplastia (cirugía que corrige los párpados), la bichectomía (extracción de las bolas de Bichat, para afinar los pómulos), el lifting facial o la lipoescultura (añadir o quitar grasa de la cara para lograr un rostro más armonioso) son tratamientos que han aumentado mucho, sobre todo tras la pandemia.
¿Qué es lo más importante a la hora de elegir centro para una intervención estética?
La seguridad. Cualquier tipo de intervención, por pequeña que sea, no está exenta de riesgos. Tras este boom de la medicina estética, muchos negocios se han querido sumar pese a que, en ocasiones, no cumplen con los requisitos o no son los centros idóneos para realizar ciertas intervenciones.
Cada vez más, los profesionales vemos como ofertan pequeñas intervenciones como infiltraciones en centros de bienestar, clínicas dentales o incluso gimnasios. Los riesgos de someterse a cualquier procedimiento sin la seguridad necesaria van desde efectos secundarios habituales hasta complicaciones graves que requieren la intervención de un médico. Lo más importante es elegir una clínica dedicada profesionalmente a la medicina estética, con garantías y profesionales colegiados.
¿Acudir a un maxilofacial es más beneficioso que a una clínica estética?
No necesariamente. La diferencia es que en una clínica maxilofacial sólo tratamos caras y todo lo que tiene que ver con ellas. Somos especialistas en cualquier intervención estética que tenga que ver con la forma y configuración del rostro. Las pequeñas infiltraciones de bótox o ácido es una intervención sencilla que muchos profesionales pueden llevar a cabo con seguridad. Si la intervención es más compleja, como una rinoplastia o una cirugía ortognática, donde vamos a tener que recolocar los huesos de la mandíbula, ahí sí recomendamos acudir a un cirujano maxilofacial.
La edad media de acceso a la medicina estética ha bajado de los 35 a los 20 años, ¿esto puede suponer un problema para el paciente a largo plazo?
Siempre que se realice según el protocolo, no debería suponer ningún problema. El diagnóstico y la propuesta de tratamiento debemos hacerla los médicos, que podemos detectar si hay algún problema psicológico detrás de esa decisión. A partir de la mayoría de edad, son cada vez más los pacientes (sobre todo mujeres) que tienen una idea clara de cómo cambiar su cuerpo. La clave está en meditar bien esa decisión. Si es madura, coherente y se toma con libertad, la edad del paciente no representa ningún problema. El problema viene cuando se toma la decisión de forma impulsiva, tengas 18 o 48 años.
¿Cómo es el procedimiento para realizar una intervención estética?
Generalmente se hace mediante una primera visita presencial donde el paciente manifiesta su “motivo de consulta”. En ocasiones, como se trata de la cara, puede hacerse por telemedicina. Una vez expuestos los deseos del paciente, el médico propone un plan de tratamiento con las explicaciones adecuadas a su caso concreto. Si el paciente se muestra conforme, se procede a la elaboración de un presupuesto. Si es aceptado por el paciente, se le explica qué medidas previas ha de llevar a cabo y se agenda el procedimiento.
¿Cuáles son los peligros más frecuentes en este tipo de intervenciones?
La mayoría de los procedimientos tienen riesgos limitados si se hacen en unas instalaciones adecuadas y por profesionales cualificados. La seguridad es primordial en cualquier acto médico, pero más aún en medicina satisfactiva. Los riesgos más comunes son los hematomas y la inflamación en caso de procedimientos de medicina estética, así como resultados asimétricos que pueden afinarse en una segunda actuación.
¿Cree que la cirugía estética es una moda pasajera o ya forma parte de nuestros tratamientos habituales para vernos bien?
Vivimos en el momento de la inmediatez y lo visual, mientras los valores de la sociedad no cambien, esta tendencia continuará. Cada vez los cambios son más veloces y más difícilmente predecibles. El futuro está por escribir, y solo sé que a día de hoy continúa creciendo.