Dr. Federico Rehberger
Blefaroplastia asistida con láser CO2
Innovación contra la mirada envejecida
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Las bolsas de los ojos y otros efectos del paso del tiempo en los párpados constituyen uno de los rasgos más típicos del envejecimiento, pero el paso de los años en la mirada es fácil de revertir.
La blefaroplastia es una sencilla operación que se ocupa de hacerlo. Cirujanos como el doctor Federico Rehberger se han especializado en ello, sirviéndose de su pericia y aplicando innovaciones como el láser de CO2.
Los rasgos que rodean la mirada suelen encontrarse entre los primeros en mostrar el paso de los años. La expresión tiende a desdibujarse o a perder jovialidad por culpa del exceso de piel, los párpados caídos o las bolsas de los ojos. La buena noticia es que la técnica para corregir este proceso es sencilla, siempre que uno se ponga en buenas manos. Se llama blefaroplastia. Una intervención con una gran tasa de éxito a la que ahora se suma un postoperatorio más llevadero, gracias a la asistencia del láser CO2.
Un nuevo instrumento para beneficio de paciente y cirujano
El doctor Federico Rehberger, cirujano estético facial y maxilofacial, es joven, pero ya se encuentra entre los profesionales más contrastados del sector. Con poco más de 35 años, ha sido reconocido como uno de los mejores cirujanos estéticos de nuestro país en los premios Estética y Salud 2021. La blefaroplastia es una de las especialidades que trabaja con mayor frecuencia. Parte de este éxito se debe a una pericia probada. Pero la otra parte hay que agradecérsela a la capacidad para detectar e incorporar innovaciones que pueden mejorar notoriamente la experiencia del paciente. “En el caso de la blefaroplastia, la técnica es segura y eficaz desde hace tiempo. Pero lo que hemos incorporado son innovaciones que hacen que el proceso sea más llevadero para el paciente, lo cual es igual de importante. Me refiero sobre todo a la asistencia del láser de CO2”, dice el doctor Rehberger.
Aunque sencilla, la blefaroplastia no deja de ser una intervención quirúrgica en la que se requieren incisiones y ablaciones. Conque, por mínimas que sean, las molestias para el paciente siempre son una posibilidad. Por ejemplo, los visibles hematomas que se forman alrededor de los ojos con la intervención, aunque no son dolorosos y sólo duran unos días, pueden desanimar a algunos pacientes. Para eso se recurre a la asistencia del láser de CO2 en la intervención.
“Gracias al láser de CO2 conseguimos generar coagulación al practicar esas incisiones propias de la blefaroplastia, de manera muy precisa y reduciendo el sangrado. Las áreas cercanas a la zona intervenida no sufren apenas daños, por lo que la recuperación es más rápida. Y además, el grado de inflamación se reduce notablemente. Como resultado, el láser de CO2 reduce el hematoma”, explica el doctor Rehberger. A esto, cabría añadir que el láser de CO2 también puede usarse para retrotraer la piel en determinados tipos de blefaroplastia. Y que otra de sus aportaciones es que el período de recuperación e incorporación a las rutinas diarias del paciente es mucho más rápido.
Una intervención eficaz con unas tasas de éxito muy altas
“La blefaroplastia es una de las intervenciones que mayor satisfacción produce en los pacientes. Sobre todo, teniendo en cuenta que es un procedimiento sencillo, rápido y con muy pocos riesgos”, opina el doctor Rehberger. Unas pequeñas incisiones bastan para eliminar las bolsas bajo los ojos y el decaimiento de la mirada. Pero para lograrlo hay que ponerse en manos de buenos profesionales. En la clínica del doctor Federico Rehberger, se da una gran importancia a la planificación de la intervención.
“Una mala planificación, o una mala praxis por parte del cirujano, puede provocar resultados indeseados, como la incompetencia palpebral o el lagoftalmos, es decir, la imposibilidad de cerrar totalmente el ojo” explica el doctor. “Es necesario que el cirujano haga todas las pruebas previas que considere necesarias”. Una vez realizadas estas pruebas, se procede a la intervención propiamente dicha.
La blefaroplastia puede modificar el párpado inferior o el superior. Con la blefaroplastia inferior, además, se modelan las bolsas de grasa que se forman bajo los ojos. Ésta se ejecuta por medio de la técnica transconjuntival. El cirujano accede a través de la conjuntiva palpebral: el espacio que queda a la vista cuando desplazamos el párpado inferior al aplicarnos un colirio, por ejemplo. Desde este punto, el cirujano llega a las bolsas de grasa con la ventaja de que la cicatriz quedará oculta. Si a esto sumamos el uso del láser CO2 para reducir hematomas e inflamación, los resultados mejoran mucho la experiencia del paciente.
En la blefaroplastia superior, se realizan incisiones sobre la piel y, en menor medida, sobre el músculo, para tensarlo. También se puede incidir, si es necesario, sobre la grasa, para eliminar su exceso y modelarla.
Otras herramientas para lograr los mejores resultados
“Podemos hablar de innovación y tecnologías todo lo que queramos, pero la mejor forma de garantizar el éxito de una blefaroplastia es la comunicación entre el cirujano y el paciente”, afirma el doctor Rehberger con total convencimiento. Es, además, un convencido del valor de la sinceridad desde el primer encuentro con el paciente: “el cirujano debe aconsejar al paciente y hacer que entienda cuál es el proceso y guiarle a través de cada paso”.
Dicho esto, podemos mencionar otros medios que mejoran tanto las tasas de éxito como la comodidad de la operación, como el uso de las técnicas anestésicas más modernas. Todo ello, en manos de un cirujano de habilidad y reputación contrastada, hace que cada vez más pacientes demanden un tratamiento que genera gran satisfacción.