IWG

Estamos en medio de una transformación social sin precedentes que está revolucionando la forma en la que trabajamos. Este cambio, que permite a las personas elegir cómo y dónde trabajar, es una oportunidad sumamente positiva.

Como CEO de IWG plc, una empresa líder mundial en soluciones de trabajo híbrido para diversas empresas, grandes y pequeñas, he sido testigo de primera mano de los efectos transformadores de esta revolución.
Hace más de dos décadas que vengo hablando del auge del trabajo híbrido, un fenómeno posible gracias a la tecnología, que ha liberado a las personas de la atadura de trabajar en un único lugar, generalmente en el centro de una ciudad, permitiéndoles desempeñar sus labores en el corazón de sus comunidades locales. Como resultado, hemos experimentado una demanda récord de nuestras oficinas y espacios de co-working en áreas suburbanas, pequeñas ciudades y zonas rurales en todos los mercados globales en los que operamos.
Históricamente, las ciudades han sido el epicentro de la vida laboral, atrayendo a los talentos más activos y dejando a las comunidades sin su fuerza económica. Los pueblos y ciertas áreas de las ciudades se han convertido en desiertos durante el día, funcionando únicamente como destinos dormitorio.
Uno de los desafíos más perjudiciales para las personas ha sido el destructivo desplazamiento diario al trabajo en la ciudad, una situación agravada por el control que los empleadores han ejercido sobre sus trabajadores durante los siglos XIX y XX.
Sin embargo, gracias a la digitalización, la conciencia medioambiental y la pandemia de Covid-19, las cosas están cambiando rápidamente. Un estudio realizado por IWG y Arup ilustra la velocidad con la que se está produciendo esta transformación.
Cada vez más personas están abandonando las grandes ciudades. Desde 2020, hemos observado un sorprendente aumento del 59% en la emigración de las grandes ciudades estadounidenses hacia comunidades más pequeñas. Además, se prevé que casi medio millón de habitantes de ciudades estadounidenses se muden a suburbios, ciudades más pequeñas y regiones rurales, buscando viviendas más amplias y un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal. Esta tendencia no se limita a un país, sino que es un fenómeno global.
Estos cambios están teniendo un impacto en el mercado inmobiliario. Entre 2020 y 2021, los precios de la vivienda en 20 ciudades británicas (excluyendo Londres) aumentaron en promedio un 8.9%, mientras que los inmuebles en sus alrededores experimentaron un crecimiento del 10.8% durante el mismo período.
La gente no solo busca dónde vivir, sino también dónde invertir su tiempo y su dinero. Según los datos de telefonía móvil del Reino Unido, la afluencia a pequeñas ciudades, suburbios y comunidades costeras ha aumentado un 50% desde 2019.
Este aumento de la afluencia está generando nuevas oportunidades para muchas comunidades, como lo refleja claramente nuestro estudio. Las mayores actividades económicas en suburbios y comunidades más pequeñas están infundiendo vitalidad financiera en estas áreas, algo que es esencial para su crecimiento.
Nuestro estudio de IWG/Arup de 2021 coincide con estas conclusiones, al medir el impacto económico positivo que se obtendría con un enfoque en el trabajo híbrido. Según esta investigación, las economías rurales y suburbanas podrían experimentar un aumento anual en el consumo local de 1,300 millones de dólares en EE. UU. y 327 millones de libras en el Reino Unido gracias al crecimiento del trabajo híbrido.
Actualmente, casi la mitad (48%) de los trabajadores del Reino Unido y el 40% de los trabajadores de Estados Unidos ya adoptan el modelo híbrido, y esta popularidad sigue en aumento.
La flexibilidad laboral es esencial para una vida profesional más satisfactoria, que mejore la salud mental, física, financiera y social de los empleados. Por eso, no es sorprendente que el 88% de los trabajadores del Reino Unido y el 83% de los profesionales de recursos humanos reconozcan al trabajo híbrido como una herramienta para atraer y retener talento.
Además, las autoridades municipales pueden aprovechar la oportunidad que ofrece el trabajo híbrido al promover la inversión en espacios de trabajo flexibles cercanos a las comunidades locales, convirtiéndose en centros vibrantes de toma de decisiones, interacción social, entretenimiento y turismo.
El desplazamiento diario hacia las oficinas en el centro de la ciudad es una de las mayores fuentes de emisiones de carbono. Durante los confinamientos de 2020, el Proyecto Global del Carbono de Future Earth registró una reducción de 2,400 millones de toneladas de emisiones de CO2 fósil, gran parte de ellas provenientes de la disminución de las emisiones del transporte.
Estudios previos de Arup e IWG han demostrado que un cambio permanente hacia el trabajo híbrido en comunidades locales podría reducir las emisiones de carbono hasta en un 87% en EE. UU. y un 70% en el Reino Unido.
Nuestro nuevo estudio exclusivo, elaborado en colaboración con Arup, es evidencia clara del renacimiento de los suburbios, las ciudades y las áreas rurales gracias al trabajo híbrido. La migración hacia ciudades más pequeñas y áreas rurales sigue acelerándose, superando los niveles previos a la pandemia. Con casi la mitad de los trabajadores británicos y el 40% de los estadounidenses ya adoptando el modelo híbrido, sus ventajas son innegables.
Es por eso por lo que responsables políticos, gestores y empresas están adoptando masivamente este enfoque. Es esencial para todos nosotros y para nuestro planeta que estos visionarios logren convencer a sus homólogos para que sigan este camino.
En IWG, estamos plenamente comprometidos con impulsar la revolución del trabajo híbrido y creemos firmemente en su potencial para generar un impulso financiero significativo en nuestras comunidades locales. Invitamos a todos los líderes a unirse a nosotros en este viaje hacia un mundo laboral más flexible y sostenible.