Grupo Gallo

Además de acompañar al sector agrícola en una cosecha atípica marcada por la sequía, Grupo Gallo, la compañía líder en fabricación de pasta, ha hecho un esfuerzo técnico para garantizar la calidad de sus productos

En un ya lejano año 1946, la visión del industrial José Espona -fundador de Pastas Gallo- le llevó a introducir el cultivo del trigo duro e impulsar su producción en España, proponiendo a los agricultores andaluces el cultivo de esta nueva especie. Fue una apuesta por el campo andaluz y por el trigo que aquí se cultiva, que se ha mantenido intacto hasta la actualidad.
La crisis climática ha mostrado este año su cara más cruda, con una sequía que ha golpeado a los agricultores, pero también a industrias que, como Grupo Gallo, necesitan asegurar la materia prima necesaria para su producción. Con José Chacón, responsable de Trigo de la compañía, analizamos cómo afecta esta difícil coyuntura a la relación de simbiosis entre el campo y la industria, y repasamos los proyectos y los ejes de la relación de Grupo Gallo con el campo andaluz.
    

¿Cuál ha sido la relación de Grupo Gallo con el campo andaluz y cómo ha contribuido a su desarrollo?

Grupo Gallo no sería la gran compañía que es hoy si no hubiera encontrado en esta tierra la materia prima que necesitaba: y no podía ser un trigo cualquiera. Contar con el mejor trigo duro ha permitido que El Carpio, en Córdoba, albergue hoy la planta productiva más competitiva, con más volumen de producción y con mayores perspectivas de desarrollo de la compañía.
La visión del fundador de la compañía era clara y acertada: había que estar cerca de la materia prima e implicar a los agricultores en la búsqueda de aquellas variedades que nos garantizaran un trigo de gran calidad que se ajustara a los parámetros de Grupo Gallo.
Nuestra apuesta por Andalucía ha forjado una relación muy estrecha con los agricultores andaluces con los que, mano a mano, hemos desarrollado variedades de máxima calidad con las que Gallo ha fabricado la pasta que hoy lidera el mercado. Además, Gallo ofrece al agricultor andaluz una opción de cultivo rentable y sostenible, ya que el trigo duro es un cereal que genera valor, diferente de otros cereales por su destino final para sémola y pasta.
    

¿En qué acciones y proyectos de medio y largo recorrido con el sector agrícola trabaja actualmente Grupo Gallo en Andalucía?

Hay dos frentes muy definidos: por un lado, el que ya venimos realizando codo con codo tanto con las cooperativas como con Agrovegetal, investigando para el desarrollo de nuevas variedades de trigo en la península, más resistentes y adaptadas al contexto climático que se avecina.
Por otro lado, a nivel institucional, estamos desarrollando vínculos con entidades de prestigio que nos permiten avanzar en una agricultura más resiliente, sostenible y que asegure un futuro al cultivo de trigo duro en Andalucía, como ejemplo, con la Universidad de Córdoba con quien colaboramos activamente en proyectos relevantes a nivel europeo, donde Andalucía tiene mucho que aportar.
    

Estamos ante un año de sequía con extremos que no conocíamos desde 1995. ¿Cómo ha afectado a la campaña del cereal?

En el sector se barajaba una cifra de producción de trigo duro en torno a las 800.000 tn para la campaña 2023, sin embargo, la producción final ha sido inferior al 50 %. La dificultad añadida a estos datos es la heterogeneidad de calidades provocada por la sequía.
En este sentido, desde Grupo Gallo hemos hecho un esfuerzo técnico para que la calidad del producto se mantenga en los estándares que caracterizan nuestra pasta, de manera que el consumidor no note el estrés al que se ha visto sometido el campo.
    

¿Ante esta situación, qué medidas ha adoptado Grupo Gallo para materializar el apoyo de la compañía a los agricultores?

En Grupo Gallo hemos sido conscientes en todo momento de la situación climatológica que estaban sufriendo los agricultores, tanto andaluces como en el norte de la península, y de las dificultades que han tenido para sacar adelante sus cosechas. Consideramos que nuestra obligación era la de dar la seguridad de compra a los agricultores para poder gestionar sus producciones en el mercado y, por ello, Gallo abrió sus puertas para todo el trigo que se entregó durante los meses de campaña de cereal.
La sostenibilidad en agricultura hay que entenderla también en su vertiente económica y social, nuestro compromiso es trabajarla y preservarla, incluso en un año con estas particularidades.