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“Mis clientes saben que si tienen un problema, lo solucionan llamándonos”

 

Néstor Martínez

CEO de Vecamarti Industrial

 

Especializada en cables de mando, cuando nació en 2002, Vecamarti se centró en el mercado de posventa de automoción. Hace cuatro años empezó a explorar otros mercados con gran futuro, como los vehículos agrícolas, las bicicletas, la iluminación y las instalaciones de seguridad, y ahora se prepara para ampliar su mercado internacional.

¿Cómo fueron los inicios de Vecamarti?

Mi padre abrió en 1948 en Argentina una de las primeras fábricas de recambios para automóviles. Yo quería cambiar de horizontes y me vine a Asturias, de donde es mi madre. Soy economista y mi vocación era abrir una consultoría, pero mis familiares me animaron a invertir, lo vi factible y monté una fábrica para producir todos los cables del automóvil que no son eléctricos sino mecánicos: desde freno, embrague y acelerador hasta la apertura del tanque de gasolina. Empecé en una nave alquilada de 350 metros que nos dio un semillero de empresas en Valnalón. Al principio nos costó un poco, pero pronto empezamos a crecer y en 2007 nos movimos a una nave de mil metros en Mieres. Todos los años hemos ido creciendo, y actualmente tenemos tres naves que, con las oficinas, suman 2.700 metros cuadrados, donde trabajamos once personas, a los que se suman los once comerciales que tenemos por toda España.

 

¿Para qué marcas de automóvil producen?

El mercado de automoción se divide en la marca de origen y el aftermarket, y nosotros trabajamos en el aftermarket a nivel mundial; nuestros clientes son distribuidores y tiendas de recambios de todo el mundo. Trabajamos con todas las marcas y modelos, y producimos cerca de 3.300 de las 3.500 referencias que ofrecemos en nuestro catálogo. El resto son algunas que tienen un sistema patentado de regulación, y en esos casos compramos al dueño de la patente para comercializar el cable original, el mismo que lleva montado el vehículo. Un rasgo por el que somos reconocidos a nivel Europeo es que todo el producto lo fabricamos nosotros aquí en Asturias o bien lo compramos a productores europeos que trabajan con los fabricantes de coches. No vendemos absolutamente ningún producto que no sea de fabricantes muy conocidos a nivel mundial o producido por nosotros.

 

¿Qué armas tienen frente a sus competidores?

Con la crisis, otras empresas cerraron las plantas que tenían en España, y hoy por hoy somos el único fabricante de aftermarket que queda aquí. Eso es una ventaja que se refuerza con una gran inversión en maquinaria de precisión, que nos permite desarrollar y fabricar nuestros propios moldes, inyectar las piezas y montarlas en los cables. Estamos muy automatizados porque es lo que nos permite competir, y lo hacemos con una calidad muy superior, porque nuestras materias primas son las homologadas en automoción, no trabajamos con materiales reciclados ni de segundas marcas. Esto nos ha servido para hacernos un hueco bastante importante en el mercado y tratamos de conservarlo.

¿Cómo fidelizan a sus clientes?

Hoy por hoy muchos fabricantes de coches, a los 15 años, dejan de fabricar el recambio, y a veces nos llega por mensajería un cable dentro de una caja para que fabriquemos uno igual. Es algo que hacemos para nuestros clientes a pesar de que no es rentable, porque tengo que utilizar máquinas muy automatizadas que cortan 1.200 cables por hora para hacer uno solo, por ese cable debería cobrar 900 euros pero cobro un precio razonable porque soy consciente de que estoy fidelizando a un cliente que está solucionando un problema a su mecánico, que a su vez se lo soluciona a un particular. En los comienzos le han dado tres meses de vida a mi empresa por hacer esto, pero a la larga me ha dado resultado, los clientes están contentos y saben que si tienen un problema, lo solucionan llamándonos. Tener un stock amplio también es caro y puede ser nocivo desde el punto de vista financiero, pero la capacidad de servicio que tuvimos el año pasado alcanzó el 98,7%, dejamos de servir tan sólo un 1,3% de los pedidos normales y eso es el fruto de muchos años de experiencia y de tener un stock adecuado.

 

¿Tienen mercado también fuera del automóvil?

Al principio toda nuestra producción estaba centrada en el sector de automoción, pero en 2015 diseñé un proyecto quinquenal para ampliar los mercados. Además de automoción, que es por el que más se nos conoce, ahora fabricamos cables de embrague, de freno, reguladores de altura y otros para el mercado agrícola. También estamos homologados para fabricar cables para la industria, que es un mercado muy amplio. Por ejemplo, fabricamos cables de seguridad para una de las empresas de ascensores más importantes a nivel mundial, producimos cables de regulación para el sector de iluminación, y también los de seguridad en escaleras que instalan cables de acero tensados en lugar de barandas. Podemos producir cualquier cable de accionamiento mecánico pudiendo utilizar cable de acero inoxidable o galvanizado.

 

¿Cuáles son sus próximos objetivos?

Ahora mismo, entre importación y exportación, trabajamos con más de veinte países. Todavía nos queda un mercado muy grande por explorar. Actualmente nuestro objetivo es incrementar el abanico de nuevos mercados que estamos tocando, como la náutica, en el que apenas hemos empezado. Un nuevo mercado que vamos a abordar a la vuelta del verano es el de las bicicletas, con cables de freno, de cambio y sus respectivas fundas; son pocas referencias pero con mucho consumo. También queremos aumentar nuestra presencia en el mercado agrícola a nivel europeo, porque de momento sólo estamos en el español. Con todas estas inversiones que hemos ido haciendo desde 2015 en maquinaria para la automatización de procesos, podemos asumir mucha más producción con el mismo personal, y eso nos permite ser más competitivos y poder así entrar en nuevos mercados extranjeros. De momento, tenemos el aval que supone la ISO 9001:2015, que hemos renovado recientemente para adaptarnos a las modificaciones que se introdujeron en la normativa en 2015.

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