Lighthouse American School
“Trabajar las habilidades socio-emocionales es ayudar a los alumnos a alcanzar sus objetivos académicos”
Irene Márquez
Directora de Lighthouse American School
En el año 2019, Irene Márquez decidió aprovechar su experiencia en el mundo educativo para poner en marcha Lighthouse American School, un proyecto personal sobre el que hemos hablado con ella.
¿Cuándo se puso en marcha el centro?
Llevo toda mi vida dedicada a la educación y por ello he tenido la suerte de trabajar en centros educativos muy diversos. De todos he aprendido algo, sin embargo, siempre he sentido que la educación de hoy en día necesita un cambio drástico. Creo firmemente que el Alma Mater de donde sucede el aprendizaje tiene que evolucionar para crear lugares donde la experiencia de aprendizaje sea realmente transformadora. Si los colegios comenzamos con el cambio, todo lo demás nos seguirá. Con esta idea en mente, decidí fundar Lighthouse American School. Abrir un colegio es mucha responsabilidad y para nosotros es muy importante hacerlo bien, de modo que decidimos abrir pocas clases, un grupo muy selecto. Con ellos vamos haciendo un crecimiento orgánico hasta llegar a 2º de bachillerato.
¿Qué balance hacen de su trayectoria hasta hoy?
Lighthouse abrió sus puertas justo antes de una pandemia mundial y a pesar de lo difícil que ha sido esta situación para nuestros alumnos y sus familias, siempre hemos contado con su apoyo incondicional. Es para nosotros especialmente ilusionante que, pese al cierre de fronteras y el cambio económico que ha supuesto la pandemia, familias internacionales escojan nuestro modelo educativo como la mejor opción para sus hijos. Actualmente, nos encontramos a punto de terminar nuestro tercer año de vida. Si algo cabe destacar después de este comienzo tan diferente de lo esperado, es ver cómo nuestros profesores inspiran a los alumnos para que desarrollen su curiosidad intelectual y descubran nuevas pasiones.
¿Qué cursos se imparten en Lighthouse American School?
Desde el comienzo elegimos lo que sabemos es mejor para nuestros alumnos: hacer un crecimiento orgánico, abriendo un año cada curso escolar que comienza. Esta idea desde el comienzo nos ha parecido la mejor manera de conseguir un proyecto sólido, asentando. Esta opción ayuda a evitar improvisaciones, facilita crear un ambiente familiar y una comunidad sólida.
¿Cuál es la estructura actual?
El entorno es el gran olvidado de la educación y sin embargo, para la relación de los niños con sus profesores, juega un papel fundamental. Estamos situados en una zona privilegiada de Valdemarín, alejados del ruido, rodeados de verde y sin embargo bien conectados y cerca de la ciudad. Lighthouse es un centro de línea 1, es decir, contamos con una clase por curso exclusivamente, con no más de 18 alumnos por aula. Eso nos ayuda a conocer a todos y cada uno de ellos y sus necesidades.
¿Qué diferencia al centro de otros colegios?
Somos un colegio americano homologado por la NEASC, con profesores nativos, y que sigue el programa International Baccaulerate. Nos centramos en la formación de niños y niñas curiosos, informados, seguros de sí mismos y solidarios. A través del aprendizaje por la investigación, conseguimos que nuestros alumnos se apropien de su aprendizaje y desarrollen habilidades que les preparen para marcar la diferencia en el futuro.
¿Cómo definirían su filosofía del trabajo?
Para nosotros el aprendizaje profundo va muy ligado a la reflexión que todos, incluidos padres y profesores, no solo nuestros alumnos, vamos haciendo a lo largo de la trayectoria de aprendizaje. Es fundamental que los profesores estén formados y preparados para acompañar en el crecimiento personal de nuestros alumnos y además poder ayudar a los padres en todo lo referente a la educación de sus hijos. Cuando el colegio consigue que nuestros alumnos se centren menos en las notas y más en la maestría, conseguimos que empiecen su camino hacia una carrera escolar exitosa. Por eso debemos guiar a los miembros de nuestra comunidad para que desarrollen su curiosidad intelectual, retándoles a salir de su zona de confort.
¿En que se traduce esa forma de entender la educación en el día a día del colegio?
Reconoceréis fácilmente a los profesores de Lighthouse. Son aquellos a los que se les ve traer su pasión, personalidad y sentido del humor al aula cada día. Nuestros profesores están comprometidos con encontrar formas nuevas y diferentes de facilitar los contenidos, consiguiendo que estos sean más interesantes para los alumnos. En Lighthouse sabemos que el entusiasmo que traemos al colegio cada mañana es muy probable que sea imitado por nuestros alumnos. Sabiendo esto, no nos podemos permitir dejarlo olvidado en casa. El hecho de ser IB y homologado por la NEASC hace que anualmente pasemos rigurosas auditorías, que nos ayudan a aplicar las mejores prácticas pedagógicas y clima escolar.
¿Qué papel juegan las familias en el éxito de Lighthouse American School?
Si alguna vez os habéis parado a preguntar a padres o educadores involucrados y preocupados por la educación, os habréis dado cuenta de que todos tenemos algo en común: sabemos que, en el complejo e interconectado mundo actual, la preparación académica nunca es suficiente para tener éxito. Nunca. La base de todo lo que hacemos en nuestro colegio comienza con la construcción de relaciones significativas. Para nosotros, una relación de respeto y confianza es fundamental. Es importante recordar que las conexiones personales solidas aumentan la motivación intrínseca por aprender. Contamos con un sistema de comunicación bidireccional, que hace que todos nosotros estemos siempre accesibles y mantengamos una relación cercana con las familias. Los padres, en todo momento saben qué estamos haciendo, cómo y son invitados a participar de forma activa en nuestro día a día.
¿Es posible innovar en educación?
Si se puede, y además es nuestra obligación como profesionales hacerlo. ¿Le haría la misma pregunta a un médico? Por supuesto que no, porque se da por sentado que lo hacen. Lo que nos motiva a pensar constantemente en diferentes formas de aprender, es saber que cuando los alumnos están interesados en su trabajo, solo por el simple hecho de dominarlo, desarrollan un sentimiento de amor por el aprendizaje que les beneficiará durante toda su vida. Está claro que los padres de hoy en día estamos preocupados por todo el contenido de materias que los niños tienen que aprender. ¿Por qué entonces invertir tiempo en las emociones? Es sencillo, solo hay que recordar que cuando trabajamos en las habilidades socio-emocionales de nuestra comunidad, en realidad lo que hacemos es ayudar a nuestros alumnos a alcanzar sus objetivos académicos. Empezar por los cimientos es esencial, los niños y niñas deben desarrollar habilidades de autorregulación, autonomía y autodeterminación. Sin ellas, el rendimiento académico nunca es tan alto como podría.
No debemos de olvidar que una niña que estudia hoy en la escuela, no tiene ni el mismo entorno, demandas, ni forma de aprender que una niña hace 10 o 20 años. Los colegios debemos estar en la vanguardia, no hacerlo y limitarnos a enseñar contenidos académicos sería un fracaso.
Compartir