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“La apuesta por el I+D nos ha permitido crecer dentro y fuera de España”

 

Fernando Moreno

Director General de La Aurora

 

La Aurora es una empresa familiar nacida hace más de 80 años y que demuestra cómo una compañía es capaz de diversificar su actividad para abrirse paso en el mercado. Para conocerla con más detalle hablamos con su Director General, Fernando Moreno.

¿Cuándo nació La Aurora?

Mantecados La Aurora nació en Estepa en 1939 de la mano de mis abuelos, Fernando Moreno Gallardo y Enriqueta Ruiz Reina. Él compatibilizó su trabajo de ATS con el de mantecadero, para poner en marcha un obrador dedicado a la elaboración de dulces tradicionales navideños, una labor que fue continuada por su hijos Fernando y Enrique Moreno Ruiz. Ellos ampliaron la factoría y el catálogo de productos, algo que hemos hecho también los miembros de la tercera generación de la familia que dirigimos hoy la empresa.

 

¿De qué manera?

Al principio, La Aurora se dedicaba únicamente a la producción mantecados, polvorones, roscos de vino y alfajores, pero era una actividad que tenía un problema: la estacionalidad. Con esa oferta, la fábrica estaba parada la mayor parte del año, de manera que la oferta fue ampliándose con otros productos, como los bañados en chocolate, los empiñonados o los mazapanes. Aunque el gran salto de calidad se produjo en 2001.

 

¿Qué ocurrió ese año?

La dirección de la empresa optó por poner en marcha un plan de acción que abriera la producción a otro tipo de referencias que nos permitieran seguir desestacionalizando y, al mismo tiempo, comenzar la internacionalización de La Aurora. En 2001 nos introdujimos en el mundo de la nutrición deportiva y funcional y comenzamos a producir barritas energéticas, hiperproteicas, productos de cereales y muesli… A partir de ese año, la producción de polvorones, mantecados y productos navideños pasó a tener un peso menor en la facturación de la empresa. No la abandonamos en ningún caso, pero el crecimiento del resto de productos hizo que represente entre el 6 y el 7% de nuestras ventas.

¿Fue sencillo ese salto?

Hubo que trabajar mucho, pero todos los conocimientos adquiridos durante años nos ayudaron a crecer en la alimentación funcional, aportando a cada producto nuestra experiencia en sabores, texturas y otros aspectos que hacen singular a nuestra oferta.

 

¿La innovación se detuvo con las barritas funcionales?

No, en absoluto. De hecho, la modernización de la empresa se ha basado siempre en la investigación y el desarrollo de nuevos productos con los que crecer dentro y fuera de España. Actualmente, el 60% de nuestras ventas corresponden a la exportación, y eso ha sido posible porque hemos respondido a las demandas del mercado.

 

¿Con nuevos productos?

Sí. Tras las barritas lanzamos nuestra gama de productos líquidos, que incluye geles para deportistas, colágenos o l-carnitina. Después llegaron los productos en polvo, que hidratados con agua o leche permiten preparar batidos, tortillas, crepes, sustitutivos de comidas… Finalmente, hace dos años cerramos el círculo con el lanzamiento de cápsulas y comprimidos.

 

¿A qué perfil de cliente se dirigen?

Aunque tenemos alguna línea de marca propia, estamos especializados en fabricar para terceros: empresas farmacéuticas, distribuidores de alimentación deportiva, clínicas, gimnasios, prescriptores médicos, gran distribución… La venta que les ofrecemos es que no solo nos ocupamos de fabricar el producto, sino que les podemos proporcionar un servicio integral que incluye desde la legalización de los productos hasta el diseño del packaging. Y todo a medida; el cliente nos dice qué necesita y ponemos toda nuestra maquinaria a trabajar.

¿Con qué estructura cuentan para ello?

Actualmente disponemos de 15.000 metros cuadrados de instalaciones repartidos en tres plantas, todas ellas en Estepa. Nuestra plantilla está formada por 250 personas y está integrada en un 80% por mujeres, recogiendo así la tradición de la localidad. Además, el staff intermedio de La Aurora lo compone gente joven, muy formada e implicada con nuestro proyecto.

 

Hablaba antes del peso de la exportación. ¿En qué países están presentes?

Hasta ahora, por razones de proximidad, nuestros principales mercados se encontraban en Europa. En embargo, poco a poco vamos creciendo también en otros países y continentes, hasta el punto que nos hemos marcado para el futuro potenciar nuestras exportaciones a Latinoamérica, Oriente Medio, China y otras zonas de Extremo Oriente.

 

¿Cuáles van a ser los ejes de ese crecimiento?

Por un lado, seguiremos apostando por la investigación y el desarrollo de nuevos productos a través de nuestro nuevo laboratorio. Somos ya fuertes en suplementación y alimentación funcional, pero hay otros campos complementarios en los que podemos crecer. Pienso, por ejemplo, en la nutricosmética y la dietética avanzada, pero también en el lanzamiento de nuevas cremas (como la de cacahuete o almendras) que den respuesta a la demanda de alimentación saludable que existe entre el público.

A nivel financiero, estamos facturando actualmente alrededor de 16 millones de euros y el reto es alcanzar los 20 a finales de 2021 y llegar a los 30 millones en 2023. Tenemos la experiencia y los conocimientos necesarios para poder abarcar esos nuevos mercados con todas las garantías de éxito.

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