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grupo Química de Coordinación, Organometálica y Fotoquímica

6 May, 2019 | I+D+i, I+D+i Mayo 2019 ABC

“Estamos contribuyendo al desarrollo de fármacos con propiedades anticancerígenas”

 

Antonio Romerosa

investigador responsable del grupo Química de Coordinación, Organometálica y Fotoquímica de la Universidad de Almería

 

Desde que se constituyó en 2000, el grupo de investigación Química de Coordinación, Organometálica y Fotoquímica ha desarrollado su actividad desde la Universidad de Almería (UAL), en colaboración con otras universidades e instituciones de todo el mundo. Su objeto de estudio abarca desde compuestos anticancerígenos hasta la obtención de electricidad en células solares químicas pasando por nuevos catalizadores y materiales.

¿Cómo surgió la idea de crear este grupo de investigación?

Queríamos contar con una plataforma que nos permitiera desarrollar nuestra labor investigadora y fuera el compendio de la experiencia de sus miembros. Nació en la UAL inicialmente con investigadores de la U. de La Laguna y la sección del DLR Alemán en la Plataforma Solar de Almería (PSA), posterioremente se incorporaron investigadores de la U. de Cádiz. Hemos conformado un grupo multidisciplinar con intereses en líneas de investigación en apariencia diferentes, aunque transversalmente se complementan entre sí. La línea motora central se centra en obtener nuevos compuestos de coordinación y organometálicos solubles en agua, que pueden tener muy diversas aplicaciones: actividad frente a biomoléculas como el ADN, sensores de explosivos, actividad catalítica por ejemplo en polimerización, como fotocatalizadores en procesos de síntesis fotoquímicas, células fotovoltaicas solares, producción solar de hidrógeno…

 

¿Cómo llega el resultado de sus investigaciones a la sociedad?

El grupo colabora con la industria local y nacional a través de los laboratorios de los que es responsable, como el Lidir que es un centro periférico de la UAL, lo que se traduce en proyectos y contratos de investigación. Puedo destacar el proyecto ejecutado con la empresa Expal, dirigido a la desmilitarización de armas que contienen fósforo blanco, el principal componente del WP y armas fumígenas. Esa munición tiene que ser eliminada de forma segura, y el grupo desarrolló un nuevo método que usa el sol para transformar el principal componente (fósforo blanco) en un producto mucho más seguro y reutilizable en procesos civiles. Otro ejemplo, debido a nuestro interés en el uso de compuestos metálicos con propiedades fotoquímicas, fue cuando nos invitaron a participar en la creación del Centro de Investigaciones Energéticas Solares (CIESOL) con el laboratorio de Química Sostenible. Se trata de un centro mixto de la UAL y la PSA dedicado al uso y aplicación de la energía solar. Y también participamos en aquellas líneas de otros grupos a los que podamos aportar nuestra experiencia, tan diversos como los de estudios fenicios, agricultura y piedra natural. También debo destacar que el grupo es responsable de la red de grupos Redesma, que engloba por el momento a más de 12 grupos de toda España dedicados al estudio de la química de los compuestos metálicos en agua y, sus propiedades y aplicaciones, que entre otros objetivos busca nuevos procesos químicos no contaminantes en agua y disolventes de bajo impacto ambiental.

 

¿Cuántas personas forman el grupo y con qué instalaciones cuentan?

En la actualidad somos 12 entre profesores titulares de universidad, profesores contratados, investigadores contratados y becarios predoctorales, conmigo como catedrático de química inorgánica. Pero el número es variable en función de los proyectos y becarios. Tenemos instalaciones propias repartidas entre los laboratorios del Área de Química Inorgánica de la UAL, el laboratorio de Química Sostenible y el laboratorio Lidir, así como en la U. de La Laguna y Cádiz. Además, tenemos libre acceso a todas las instalaciones de los servicios de apoyo a la investigación de la UAL.

¿Cuáles son sus principales líneas de investigación?

Tenemos una línea para el desarrollo de nuevos compuestos organometálicos solubles en agua que sean catalizadores activos en procesos sintéticos de alta relevancia social e industrial, como la obtención de plásticos a través de procesos de polimerización, lo que mejora su eficiencia y sostenibilidad. Otra línea es la de compuestos de coordinación biológicamente activos, que puede ayudar al desarrollo de nuevos fármacos anticancerígenos y cuyo objetivo final es obtener tratamientos médicos más eficientes y con menos efectos secundarios. Una tercera línea se centra en el diseño y preparación de nuevos materiales moleculares basados en compuestos de coordinación con propiedades novedosas como por ejemplo que sean sensores de explosicos. De entre ellos destacan los compuestos polimetálicos que aúnan las propiedades de diversos metales y de compuestos orgánicos, con propiedades como  la conductividad, magnetismo, propiedades dieléctricas, pero con un grado de intensidad modulable. La cuarta línea persigue obtener nuevos procesos sintéticos catalizados que se activen mediante radiación solar y permitan producir, por ejemplo, hidrógeno a partir de agua mediante radiación solar, electricidad mediante nuevos colorantes para células solares fotovoltaicas químicas, etc. Una quinta línea busca apoyar a las empresas de la piedra natural, particularmente de la Comarca del mármol de Macael en Almería.

 

¿Cuáles han sido sus proyectos de investigación más relevantes?

Hemos participado en más de treinta proyectos nacionales e internacionales, dedicados a investigaciones básicas, de cooperación internacional de ayuda a países emergentes y en colaboración con empresas. Actualmente participamos en la organización de la sesión S8 de la Bienal de Química que se celebra en mayo en San Sebastián. Hemos publicado más de 200 artículos de investigación internacionales, y hemos participado en más de 300 congresos internacionales y nacionales, con más de 45 conferencias plenarias e invitadas.

 

¿Cuáles son sus próximos objetivos?

Que los nuevos compuestos excepcionalmente activos contra el cáncer que hemos descubierto recientemente puedan finalmente ser usados como fármacos en medicina, obtener nuevos sensores de explosivos mediante compuestos heterometálicos, ampliar los estudios en catálisis en agua con objeto de poder transferirlos a la industria, mejorar los procesos de producción de hidrógeno en agua y mejorar los colorantes desarrollados hasta el momento para la obtención de electricidad en células solares químicas.

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