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Centro Sanitario Foltra

11 Feb, 2020 | Hormona de Crecimiento, I+D+i Enero 2020 ABC, Rehabilitación, Salud

“El éxito de Foltra se basa en el estudio, el trabajo y la búsqueda continua de soluciones”

 

Dr. Jesús Devesa

director médico del Centro Sanitario Foltra. Catedrático de fisiología y endocrinólogo

 

La historia de Foltra y la del Dr. Jesús Devesa están estrechamente ligadas, no solo en lo profesional sino también en lo personal. No en vano, lo que le llevó a probar la administración de la Hormona de Crecimiento (GH) para la recuperación de lesiones neurológicas fue la desesperación por curar a su propio hijo. Lo consiguió y lo mismo ha hecho con otros muchos pacientes desde 2006 desde el Centro Sanitario Foltra, elegido en 2017 y en 2019 como el mejor centro de rehabilitación neurológica de España.

El profesor Devesa es hoy uno de los referentes mundiales en el ámbito de la regeneración cerebral. Su continuo estudio e investigación a lo largo de una dilatada carrera le ha llevado a revolucionar el tratamiento de los daños neurológicos al conseguir que, tanto pacientes con lesiones cerebrales –de origen traumático y congénito- como de patologías medulares, mejorasen sorprendentemente, incluso cuando los diagnósticos de otros especialistas no les daban posibilidades de recuperación o estas eran mínimas.

 

Para entender la historia de Foltra hay que conocer su historia personal. El grave accidente de su hijo, en 2002, fue el origen del todo…

Efectivamente. En noviembre de 2002, mi hijo mayor sufrió un gravísimo accidente de tráfico que le produjo una hemorragia subaracnoidea, lesión axonal difusa y, posteriormente lo supimos, afectación del tronco cerebral. En las primeras horas tras el accidente tuvo tres paradas cardio-respiratorias y a las 24 horas, ya en coma, una atelectasia masiva del pulmón izquierdo. La situación, tal y como nos la planteaban los médicos de UCI y neurocirujanos amigos, era crítica: no sabíamos si iba a sobrevivir ni, en el caso de hacerlo, cuál sería su situación posterior. En aquel momento, él estudiaba 4º curso de Biología Molecular.

 

Por aquel entonces, usted ya se venía dedicando a la investigación de la Hormona del Crecimiento (GH)… ¿qué le hizo recurrir a ella en el caso de su hijo?

Pues sí, prácticamente toda mi vida como investigador en el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la USC la había dedicado al estudio de esta hormona, sobre la que había publicado importantes trabajos por los que me concedieron muchos Premios de Investigación. Pero, volviendo al caso de mi hijo, ante la falta de alternativas que se planteaban y la incertidumbre de cuál iba a ser su situación futura, busqué toda la información posible acerca de cómo poder mejorar su estado y encontré dos trabajos que prácticamente se acababan de publicar: dos trabajos, en ratas, realizados por dos grupos (uno australiano y otro neozelandés) en los que demostraban que tras un traumatismo cráneo-encefálico inducido en estos animales, se producía un gran incremento en la expresión del receptor de la hormona de crecimiento en el cerebro dañado. A la vista de esos trabajos, lo que inmediatamente pensé fue: ¿por qué se sobreexpresa el receptor de GH en el cerebro cuando existe un daño cerebral?, ¿será para que esa hormona juegue algún importante papel en la reparación del daño? Mientras reflexionaba sobre ello, se publicó otro trabajo en el que se demostraba que en ratas lactantes, en las que como en cualquier mamífero hay una gran liberación de prolactina (inductora de la síntesis láctea), ese incremento de prolactina llevaba a un gran incremento en el número de receptores olfatorios en la rata lactante, probablemente para discriminar mejor entre sus crías y las que no lo eran. A la vista de todo ello, y puesto que la prolactina y la GH pertenecen a la misma familia génica, de la que divergieron hace 10 millones de años, lo que inmediatamente pensé es que la GH podría hacer el mismo papel, no en cuanto a receptores olfatorios, sino en la reparación cerebral tras un daño.

La existencia de neurogénesis en individuos adultos ya era indiscutible…

En efecto. Por aquel entonces, en 2002, hacía casi cuatro años que se había demostrado la existencia de neurogénesis del adulto en primates y en el propio ser humano, es decir, la formación diaria de nuevas neuronas, en dos zonas específicas del cerebro: Giro Dentado del Hipocampo y Sustancia Gris Periventricular, aunque hoy sabemos que hay más nichos neurogénicos.

 

Y sabía también que la GH era una hormona clave para el desarrollo cerebral fetal y su correcta organización…

Sí, por lo que a la vista de todo ello decidí comenzar a administrar GH a mi hijo. Previamente lo comenté a los médicos de la UCI quienes, quizás porque el que llevaba a mi hijo había sido alumno mío, me respondieron: “Haz lo que te parezca oportuno. Es tu hijo”. No pude, sin embargo, comenzar con una administración tan precoz como pretendía porque, como suele ocurrir, mi hijo comenzó a padecer neumonías nosocomiales (las producidas por gérmenes hospitalarios, concretamente Pseudomona aeruginosa) y, en esas condiciones, temía que la GH al aumentar el numero de neutrófilos que hacen frente a la infección, indujese una mayor liberación de citoquinas pro-inflamatorias que le llevasen a un fallo multisistémico. Así que decidí llevármelo a casa con el siguiente razonamiento: «en el hospital mi hijo está sometido a una infección constante, por gérmenes extraños a su organismo, mientras que si lo llevo a casa rápidamente lo colonizarán las bacterias a las que su cuerpo está habituado y, por un simple mecanismo de ecología bacteriana, esas bacterias propias destruirán a las hospitalarias». Consulté este planteamiento con la Dra. Jefe de Microbiología del Hospital, quien confirmó mi idea. A los tres días de estar en casa, la fiebre en mi hijo había desaparecido, pude retirarle los antibióticos, las neumonías no volvieron a presentarse… así que comencé con la administración de la Hormona del Crecimiento (GH).

 

¿Qué papel ha constatado que tiene esa hormona en la reparación del daño cerebral?

Un papel muy importante, sobre todo a nivel cognitivo, aunque todo ello va en función del tiempo transcurrido tras el daño y la edad del paciente.

 

¿Cómo actúa la GH en pacientes con lesiones cerebrales?

A múltiples niveles, como hemos constatado no solo nosotros sino también otros muchos grupos de investigación, sobre todo de USA, Méjico, Australia, Suecia y Nueva Zelanda.

La hormona, como demostramos por vez primera en el mundo en 2011, se expresa en las células madre neurales, al igual que lo hace su receptor, para inducir la proliferación de estas células madre, su diferenciación a distintos tipos neurales, su supervivencia y su migración hacia el lugar del daño para tratar de repararlo.

Igualmente, y también fuimos los primeros en demostrarlo, la GH aumenta el número de receptores para transportar glucosa (combustible clave) a las neuronas; aumenta el número de conexiones dendríticas (recientemente demostrado por un grupo sueco); induce la expresión de una serie de factores neurotróficos reparadores; aumenta el número de oligodendrocitos responsables de la formación de mielina o de células de Schwann en la periferia que cumplen esta misma función y modifica la tasa de recambio de una serie de neurotransmisores claves para un correcto funcionamiento neural. En estos procesos, la hormona exógena coopera con la producida en las células madre neurales. 

El éxito en la curación de su hijo fue el embrión de Foltra, nombre de su Fundación y del Centro Sanitario que dirige ¿Por qué Foltra?

Pues porque cuando mi hijo despertó del coma y comenzó a hablar solo decía Foltra. Todo era Foltra: las enfermeras, la comida, sus hermanos, todo. Era su única palabra. No sabíamos qué significaba, pero tiempo después una de sus hermanas nos dijo que era una palabra húngara que significaba algo así como ayuda o auxilio. Así que cuando creamos la Fundación y el Centro le denominamos Foltra. Con la ‘F’ de Fe (en el trabajo a realizar), Optimismo (en la recuperación), Lucha (por conseguirlo) y TRAbajo (para lograrlo).

 

¿Cómo trabajan hoy desde Foltra para tratar a pacientes con lesiones cerebrales? ¿El tratamiento se sigue basando en la administración de la GH?

Básicamente trabajamos igual, aunque con muchos más medios técnicos y personal especializado. Realizamos un estudio de la historia clínica, con evaluación del paciente por los especialistas del Centro y en función de esa evaluación, se pauta un tratamiento médico con factores neurotróficos y otros medicamentos que el paciente necesite, estableciendo pautas de rehabilitación en las áreas que se precisen. Todo ello va precedido de una analítica completa que se repite cada tres meses, y el tipo de rehabilitación y/o administración de factores neurotróficos se va modificando, si es preciso, según la evolución del paciente, analizada por los informes que emiten los terapeutas y las evaluaciones que cada tres meses realizan los médicos del Centro.

 

¿Con qué medios cuentan para ayudarles en su curación o en la mejora de su estado y calidad de vida?

El Centro, de 2500 m2, está equipado con alta tecnología y estructurado en plantas independientes para niños y adultos, salas de trabajo individual, una sala Snoezelen de estimulación multisensorial, piscina climatizada, gimnasio con equipos de marcha robótica… En fin, todo lo necesario para potenciar la rehabilitación, que llevan a cabo fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales, neuropsicólogos, licenciados en INEF, especialistas en estimulación auditiva, médicos, personal de enfermería. Todo conectado a un servidor central en el que se graban diariamente todas las sesiones de trabajo.

 

Fueron los primeros en utilizar la GH en pacientes con daño cerebral… Toda revolución tiene detractores, en este caso personas que ponen en duda que una hormona metabólica pueda obtener resultados con el fin que se utiliza en Foltra ¿Qué diría al respecto?

Sí, fuimos los primeros, pero la GH se usa hoy ya con este fin en muchos países. Incluso también hemos sido los primeros en utilizarla, en colaboración con cirujanos vasculares, en pacientes con isquemia crítica de miembro inferior condenados a la amputación. Y respecto a la GH en sí, es una hormona que actúa a todos los niveles en el organismo, incluso se está utilizando para inducir fertilidad, con mucho éxito, en mujeres con pobre respuesta ovárica. Existen ya cantidad de publicaciones respecto a los múltiples y beneficiosos efectos que la GH juega en diversas patologías. Y muy recientemente se ha publicado un ensayo clínico realizado en USA con 60 voluntarios normales de edades entre 50 y 61 años que, tras un año de tratamiento con GH, la hormona había retrasado el reloj biológico en 2,7 años y, lo que es más importante, había regenerado el timo aumentando las defensas de organismo, lo que llevó a uno de los oncólogos que diseñaron el estudio a plantear que esta hormona podría ser de utilidad en el tratamiento de una serie de enfermedades infecciosas e incluso en el cáncer. O sea, que la GH es una hormona clave en el organismo, pero hay que conocerla y saber cómo actúa, cómo y cuándo pautarla, dosis, tiempo, etc., más que pensar que es meramente una hormona metabólica, aunque por supuesto juega un papel importante en este sentido.

Lo cierto es que han conseguido el éxito en casos en los que era impensable…

Pues sí: salida de comas vegetativos, incluso 10 años después de haberse establecido;  recuperación de parálisis de cuerdas vocales y lengua tras 15 años en ese estado; autonomía prácticamente total tras un accidente de aviación que llevó a la pérdida del hemisferio derecho y 1/3 del izquierdo con coma de 10 meses; inervación completa motora, sensitiva y de esfínteres en un caso de regresión caudal y agenesia sacra, primer caso en el mundo en el que se consigue una inervación distal completa pese a la ausencia de médula vertebral desde la segunda vértebra lumbar… En fin, se han recuperado muchos casos a priori imposibles.

 

Parece que en la recuperación de sus pacientes haya siempre algo de milagroso. Pero no es milagro, es ciencia…

Es estudio, trabajo y búsqueda continua de soluciones. Eso es la ciencia, no hay milagros. 

 

Foltra es vida… ¿este es el mensaje que transmiten?

Al menos es lo que intentamos. El mensaje lo transmiten los más de 8000 pacientes tratados, aunque no en todos los casos el resultado ha sido exitoso. En varios no hemos conseguido lo que pretendíamos.

Hoy Foltra es una fundación de interés sanitario gallego.

 

Una Fundación y un Centro Sanitario al que acuden pacientes de todo el mundo, ¿no es así?

Así es, de toda España y de países tan diversos como USA, Canadá, Méjico, Costa Rica, Venezuela, Bolivia, Brasil, Argentina, Chile, Marruecos, Portugal, Italia, Francia, Alemania, Bulgaria, Suecia, Kuwait, Australia. En los últimos días hemos recibido una solicitud desde Bangladesh. 

 

¿Cómo se encuentra hoy su hijo? ¿Cuál fue su evolución?

A los 8 meses de su accidente se presentó a 5 asignaturas de su 4º curso de carrera y aprobó 4. Al año siguiente se licenció con su promoción. Después estuvo una temporada trabajando conmigo en la Facultad, se fue al extranjero a continuar su formación investigadora, es Doctor Europeo, tiene numerosas publicaciones en revistas importantes, hizo dos Máster, uno de ellos en Terapias Regenerativas con células madre, está casado y no tuvo ni tiene ninguna secuela tras su terrible accidente.

 

Un éxito personal y profesional sobre una historia muy dura…

Una historia en la que me gustaría destacar el incansable trabajo de mi esposa Ana al frente del Centro. Sin ella no habríamos logrado todo lo conseguido.

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