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Grupo de Fotoenvejecimiento y Carcinogénesis de la UAM

21 May, 2018 | Educación, I+D+i, Investigación y desarrollo mayo 2018

Salvador González, Ángeles Juarranz y Yolanda Gilaberte

“La idea de tratar al paciente y no la enfermedad es central en la medicina del siglo XXI”

 

Dra. Ángeles Juarranz

catedrática de Biología Celular y coordinadora del Grupo

de Fotoenvejecimiento y Carcinogénesis de la UAM

 

En las últimas dos décadas el número de casos de carcinomas cutáneos no-melanoma han aumentado en todo el mundo. Estos tumores son los de mayor incidencia en la población caucásica. El Grupo de Fotoenvejecimiento y Carcinogénesis de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), formado por expertos en Biología Celular y Molecular, patólogos y dermatólogos, trabaja en perfeccionar las técnicas de diagnóstico y los tratamientos. Los principales investigadores del Grupo son los doctores Ángeles Juarranz, Salvador González y Yolanda Gilaberte, todos ellos de prestigio internacional.

 

 

¿Cuándo se formó el Grupo y con qué objetivos?

El Grupo se creó en 1995 dentro del departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la UAM. Desde sus inicios se centró en el estudio de la biología del cáncer de piel y en la búsqueda de nuevas terapias de aplicación clínica para este tipo de cáncer. En esta dirección, el Grupo se ha centrado en la terapia fotodinámica (TFD). De hecho, hoy por hoy es referencia nacional e internacional en el estudio de esta opción terapéutica.

 

¿En qué estado de desarrollo se encuentra la TFD?

Esta terapia que ha ido ganando relevancia y en los últimos años se ha convertido en una excelente opción terapéutica para el tratamiento de ciertos cánceres de piel. En el ámbito de la dermatología oncológica, su aplicación es especialmente útil en el tratamiento de queratosis actínicas y algunos tipos de carcinomas escamosos y basocelulares, aunque no se emplea para el tratamiento de melanoma.

 

 

 

Grupo de investigación Fotoenvejecimiento  y Carcinogénesis. De izquierda a derecha: Yolanda Gilaberte, Tamara Gracia, Ricardo Moreno, Marta Mascaraque, Silvia Lucena, Alicia Zamarrón, Nerea Salazar, Berenice Fontana, Salvador González y Ángeles Juarranz.

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¿Cómo se aplica?

El procedimiento es sencillo y consiste en la administración tópica de compuestos con propiedades fotosensibilizadoras que se acumulan, preferentemente, en tejidos tumorales. La irradiación de estos tejidos con luz visible ocasiona la formación de especies altamente reactivas de oxígeno, que son las responsables finales de la destrucción selectiva del tumor.

 

¿Qué ventajas presenta frente a tratamientos convencionales?

Su capacidad de destruir tumores es selectiva ya que el fotosensibilizador actúa solo en la región que se ilumina y, por tanto, se preservan los tejidos sanos. Además, se puede administrar en solitario o en combinación con quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y cirugía. En el caso de la queratosis actínica, hemos comprobado que la TFD retrasa la aparición de nuevas queratosis, por lo que su uso no solo es reparador, sino también preventivo. Tras realizar estudios en células y modelos animales, actualmente es el tratamiento de elección de ciertos precánceres y cánceres de piel con especial relevancia en zonas donde además los resultados cosméticos son importantes como la cara. 

 

¿En qué otros proyectos están trabajando?

Entre otros muchos proyectos, junto al Dpto. de Química Orgánica de la UAM y el Servicio de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal, estamos desarrollando dispositivos que permitan predecir la respuesta a terapias en el ámbito del cáncer cutáneo, basándonos en la expresión de los biomarcadores. Este procedimiento permitirá seleccionar la terapia más adecuada a cada paciente minimizando los riegos de recidivas, lo que supondrá un importante beneficio tanto para el paciente como para el sistema nacional de salud. La idea de tratar al paciente y no la enfermedad es central en la medicina del siglo XXI.