Soinde

Soinde es una empresa especializada en la distribución de equipos y dispositivos médicos. Hablamos con su Director General, Eduardo Jiménez-Carlés, para que nos explique la propuesta de valor de la compañía en el sector de la salud.

¿Cuáles fueron los orígenes de Soinde?

Soinde empezó su andadura como distribuidora de dispositivos médicos en enero de 2009. En el año 2014, decidimos iniciar una trepidante aventura empezando a desarrollar nuestra propia tecnología médica, ahora patentada y en fase de prototipo.
    

¿Con qué estructura cuenta la empresa?

El equipo de Soinde está formado por siete personas. Todas ellas tienen una muy alta formación en el campo de la salud, la ingeniería y la gestión administrativa y económica. Gracias a nuestro conocimiento del sector, la empresa está presente hoy en España, Portugal e Italia.
    

¿A qué perfil de cliente se dirigen?

Nuestro cliente es el sector sanitario, tanto público como privado, de los países en los que estamos. A ellos les ofrecemos nuestro conocimiento en neurociencias y, dentro de ellas, nos hemos enfocado en neurocirugía, neurofisiología y neurología. También trabajamos en áreas como la cirugía general y estamos empezando a iniciarnos además en urología y ginecología.
    

¿Cuál es la propuesta de valor de la empresa en sector de la sanidad?

Nuestra propuesta de valor está orientada a ofrecer un servicio al cliente muy profesionalizado, ya sea este el sistema sanitario o el hospital. Un servicio muy enfocado en una atención personal hacia el profesional médico y de enfermería para dar soporte a su trabajo diario en quirófano, en la consulta o en el laboratorio.
También incluimos nuestro compromiso con el resto de profesionales del sector sanitario, como la administración, la electromedicina y los servicios auxiliares, ofreciéndoles las soluciones adecuadas a sus necesidades, ya sean de urgencia o no.
    

¿Podemos clasificar su oferta en familias de productos?

Nuestro abanico de soluciones es muy amplio, pero se puede clasificar en productos para la neuromonitorización intraoperatoria, la neurocirugía funcional, el sueño, la epilepsia, las pruebas de EMG y EEG, el dolor, la estimulación magnética y eléctrica transcraneal. Gracias a esa variedad podemos actuar en áreas terapéuticas como la neurocirugía, la neurofisiología, la neurología, la cirugía general, la urología, la ginecología o la clínica del dolor.
    

¿Qué ventajas ofrece Soinde frente a sus principales competidores?

Si tuviera que resumirlas hablaría de nuestra preparación y formación intensiva, tanto en nuestros productos como en las técnicas quirúrgicas que cubrimos para ofrecer a nuestros clientes una base sólida de conocimiento y darles esa seguridad y confianza depositada en
nosotros. A eso añadiría nuestro conocimiento del sector y sus necesidades, la experiencia y compromiso de nuestros empleados a la hora de poner en el centro de nuestra atención al cliente y sus necesidades. Además, acompañamos todo esa filosofía con unos proveedores de muy alta calidad y experiencia en la tecnología que vendemos, todos ellos líderes en sus respectivos campos a nivel mundial.
    

¿Es posible continuar innovando en un sector como este?

Una de las ventajas que tiene el sector de los dispositivos médicos es la continua innovación. Es un sector muy activo e innovador siempre enfocado a mejorar los dispositivos médicos en beneficio de los pacientes y sus tratamientos. Eso hace que cada uno de los actores implicados siempre tenga en la cabeza cómo mejorar un dispositivo, un tratamiento, un proceso o una terapia, aunque la realidad haga que esto no sea tan fácil como cuando uno lo ve en su cabeza.
    

¿Cuáles son los retos de futuro de la compañía?

Nuestro principal reto es consolidarnos como líder en el mercado español y portugués en neuromonitorización intraoperatoria y neurocirugía funcional y poner en el mercado nuestro dispositivo patentado y que se encuentra ahora mismo en fase de prototipo. Se trata de WIONM (Wireless Intra Operative Neuromonitoring), un producto que facilitará y mejorara el uso de esta tecnología en la neuromonitorización intraoperatoria, haciendo que más pacientes tengan acceso a una mayor seguridad tanto para sí mismos como el profesional médico y quirúrgico que lo use. Además, lo hará a un precio más adecuado para las administraciones que conseguirá que la neuromonitorización intraoperatoria se “democratice” y llegue a mas pacientes, especialidades y técnicas quirúrgicas y diagnosticas.