Shimoku

Poder predecir el futuro no es magia, es inteligencia artificial. Sergi Ortiz, a la cabeza de la empresa más puntera de Machine Learning en España, nos cuenta cómo el análisis y la gestión de datos puede ayudarnos no sólo a pronosticar el estado de una empresa, sino a darle la vuelta.

Shimoku... ¿qué, cómo, cuándo, dónde, por qué?

Shimoku nace en 2020 como una necesidad que identifico en mi primera empresa. A finales de 2019, noto que mi política con los clientes difiere de la de mi socio e iniciamos un proceso de divorcio. Un día después, en pleno COVID, comenzamos con Shimoku enfocándonos en el sector e-commerce, en alza por entonces, trabajando para equipos de marketing con la idea de adaptar nuestras soluciones a cualquier departamento o empresa.
En 2021, comienzan a aparecer un montón de oportunidades de extender nuestra tecnología acabamos en siete industrias distintas: retail, SaaS, machine learning, restauración... Nuestra pretensión de poner remedio a una necesidad global hoy es un hecho. Teníamos clientes muy distintos: desde empresas de tres personas hasta Infojobs, por ejemplo, con 1.100 empleados. ¡No teníamos manos para asumir todo, teníamos que escoger un nuevo rumbo! Nuestra nueva estrategia fue hacernos fuertes en empresas de software para dar una mejor solución a los equipos de marketing.
Hoy podemos decir orgullosos que somos una empresa tecnológica, con un gran equipo detrás, que crece a un ritmo vertiginoso: hemos multiplicado por diez la facturación mensual en 2022, pese al revés que ha sufrido el sector energético, uno de nuestros clientes más potentes. Nuestra solución global, con sede en Barcelona, ya puede presumir de un primer cliente en Estados Unidos y en el Norte de Europa. Shimoku se ha hecho fuerte.
    

Inteligencia artificial vs inteligencia humana...

La principal ventaja que tienen las máquinas es que pueden trabajar 24 horas al día, los 7 días de la semana durante los 365 días del año, sin cansarse. Otro factor que ha contribuido a la popularidad de la IA es que, en todos los equipos de una empresa, existen tareas repetitivas que requieren ser ejecutadas sin exigir procesos intelectuales elaborados: el machine learning asume muy bien estas tareas y permite liberar muchas manos que deberían emplearse en labores más creativas, el verdadero fuerte de los seres humanos. La IA ayuda a ahorrar tiempo en operaciones y a predecir qué producto va a tener menos o más demanda de forma más precisa y autónoma.
    

¿Un algoritmo puede cambiar el rumbo de un negocio?

A nivel de predicción sí puede. Nuestras últimas funcionalidades están enfocadas a analizar por qué un negocio está fallando. Pongamos un ejemplo: en el ecosistema de una compañía de seguros, podemos estimar la pérdida de clientes (aquellos que no renuevan la póliza). Lo realmente interesante aquí es que no sólo podemos vaticinar la cantidad sino determinar el porqué: el algoritmo es capaz de hacerlo con un impacto operativo en las ventas de la empresa. La última funcionalidad que hemos desarrollado saca a la luz ciertos patrones estratégicos que nos ayudan a, por ejemplo, subir los precios sin perder clientes.
    

¿Puede beneficiarse el cliente final de la IA?

Sí. El cliente de tu cliente puede recibir beneficios y tratos de favor gracias a la aplicación de nuestra tecnología. Volvamos al ejemplo de la compañía de seguros: un cliente con poca siniestralidad y con más de dos pólizas contratadas tiene pocas probabilidades de irse a otra compañía. La clave está en detectar y retener a estos usuarios (a través de un descuento o una bajada de precio). La inteligencia artificial es capaz de lo primero en un tiempo récord y sin margen de error.
    

¿Qué es lo más insólito que le han pedido a Shimoku?

Me viene a la cabeza el proyecto de las motos. Actualmente, estamos trabajando con un equipo de ingeniería de Moto3 para automatizar ciertos patrones de forma que los pilotos sean capaces de alcanzar mejores marcas. No sé si lo más insólito, pero desde luego es lo más innovador: nunca antes se había hecho.
La eterna pregunta: ¿qué diferencia existe entre el mercado americano y el europeo en materia de IA?
Pese a la creencia general, Estados Unidos no está tan avanzado en este sector, aunque sí hay muchas más empresas dedicadas a esto que en Europa. Nuestros competidores existen, pero no están tan maduros como nosotros... aunque sí cuentan con mucha más financiación. Esto significa que pueden tener acceso a más recursos y que por el mismo producto se pueda facturar mucho mejor.
    

Empresa grande o pequeña, ¿con cuál te quedas?

¡Con las dos! Hemos trabajado con ambas con muy buenos resultados. Trabajar para grandes como Infojobs es un honor y nos ha servido de modelo para aplicar nuestra tecnología a otras organizaciones similares, pero lo cierto es que son las pequeñas y medianas empresas las que cosechan los mayores éxitos gracias a la aplicación de inteligencia artificial.
    

Digitalización... ¿el pan nuestro de cada día?

Hay un antes y un después a raíz de la pandemia. La digitalización no sólo creo que ha llegado para quedarse sino que cada vez llama más la atención. Antes, los que nos dedicábamos a esto, éramos marcianos... Ahora, las empresas están mucho más dispuestas a invertir en inteligencia artificial y tienen budgets para esto. El panorama geopolítico actual nos indica que una segunda crisis acecha, lo que está obligando a las empresas a invertir más en estas tareas de optimización bajo la creencia de que las máquinas son más fiables que las personas.
    

Y hablando de personas, ¿es posible aplicar inteligencia artificial por una buena causa?

Rotundamente sí. En Shimoku, acabamos de comenzar un proyecto muy bonito con la Fundación Alicia donde pretendemos usar parte de nuestra tecnología en enfermos de cáncer gracias a nuestros sistemas de recomendación, sin ánimo de lucro.