Bach Care

Iñaki tiene 56 años y es el propietario de una empresa dedicada al transporte de mercancías. Hablamos con él para conocer su historia y cómo Bach Care y el equipo que dirige el Dr. Samaniego le cambiaron la vida.

Llegó a Tenerife con la idea de desconectar…

Así es. Solo buscaba el sol y los verdes de los campos de golf del sur de la isla para olvidarme por un rato de las preocupaciones diarias que produce la dirección de una empresa como la mía. Me alojé en el hotel The Ritz Carlton, Abama, para disfrutar de su ubicación frente al Atlántico, de sus propuestas gastronómicas y del espectacular campo de golf de dieciocho hoyos del resort.
    

Una decisión que le cambió su vida por completo.

Lo cierto es que no hago otra cosa que trabajar y vivir preocupado por mi empresa, y estaba empezando a darme cuenta de que no dedicaba nada de tiempo a mí mismo, a tiempo para disfrutarlo con mi familia. Hace 3 años tuve un susto en forma de angina de pecho pero me dijeron que ya estaba todo bien. Nunca crees que a ti te va a pasar nada, pero solemos ignorar que aunque nos encontremos bien y no tengamos ningún síntoma, nuestro cuerpo lleva una vida paralela que no siempre nos explica. O cuando lo hace ya es demasiado tarde.
    

¿Conocía Bach Care antes de tratarse?

Había oído hablar de Bach Care porque soy una persona sensibilizada con la salud y, en especial, con los problemas del corazón. Cuando descubrí el centro que Bach Care tenía en mi hotel me llamó la atención que no se parecía en nada a un centro clínico tradicional, sino que era un lugar con espacios amplios y ambiente de vida que contrasta con la imagen que tenemos de un entorno hospitalario. Me informé y supe que en unos minutos y con la tecnología espectral del centro, podía conocer exactamente el estado de mis arterias coronarias. Pensaba que todo estaría bien porque me sentía bien, pero después de lo que había pasado tres años antes quería salir de dudas. Concerté una cita y, entre hoyo y hoyo de mi deporte favorito, dediqué unos minutos a conocer el estado real de mi corazón.
    

¿Cómo fue la experiencia?

Pues fue un abrir y cerrar de ojos. Primero, el Dr. Samaniego me explicó cómo sería el proceso y qué es lo que iban a analizar y a continuación pasé a la sala del escáner. Todo fue muy relajado y tranquilo: el personal me acompañaba en todo momento sin dejar de explicarme cada cosa, había un ambiente musical en una sala con luz azul que te hace olvidar que estás ante la mejor prueba diagnóstica que existe hoy día en el mundo… Fue, como digo, un suspiro agradable del que salí deseando volver al campo de golf para disfrutar del resto del día.
    

¿Y el resultado?

El equipo de Bach Care encontró una lesión crítica en una de las arterias del corazón, una lesión que obstruía más del 90% de la arteria, un hallazgo que me salvó la vida. Cuando el Dr. Samaniego me informó en el centro del resultado y me mostró las imágenes en 3D de mi corazón, en un principio me asusté, porque pensé que me estaban dando una mala noticia. Pero todo lo contrario, es la mejor noticia que le pueden dar a alguien porque te la ofrecen cuando aún estás a tiempo de todo, de ponerle solución y olvidarse de un susto grave que de otra manera hubiera sido inevitable.
A los dos días de aquella visita, regresé a mi ciudad con el informe médico y las imágenes de la lesión de la arteria. Me ingresaron el mismo día y me sometieron a un cateterismo que permitió resolver la obstrucción arterial y colocar un stent que garantiza el buen funcionamiento del corazón. Mi experiencia me ha valido para darme cuenta de que no fumar, hacer deporte y comer bien es fundamental para llevar una vida saludable, pero no es suficiente para evitar un susto grave. Sólo hay que conocer lo que la tecnología y las manos expertas pueden añadir hoy a nuestra vida. No puedo ser más feliz ni estar más agradecido.